Mimesis! Textos cortos, chinos, innecesarios....




Tsui Zen, avisado del fin de la Era Segunda y de su muerte inminente, caminó en soledad por los jardines del palacio. Buscaba encontrar el perdón sagrado a su gobierno de sangre cuando cayó dormido luego de meditar largas horas sobre un atado de ramas secas. En su sueño, Tsui Zen se arrodillaba ante el Sublime y enunciaba las palabras que lo redimían para siempre. Despertó (creyó), con claridad y calma. Escuchó el canto sereno de las tierras prohibidas replicado en el aura de sus ojos. Al llegar al palacio, el emperador vio el humo y las llamas, vio las columnas cediendo ante el ejército sublevado, vio a un hombre arder en postura de súplica a la mirada de todos. Adivinó que ese hombre era Tsui Zen, que el fuego lo envolvía entre la sequedad de las ramas. Comprendió que la redención del calor es un anhelo tan vasto, lejano e imposible como lo es el secreto de la vigilia.

Del Libro de los Conjurados

Sobrevivientes - Dedicado a Sil: que escribe color Violeta


Sobrevivir al cuento
al absurdo
al hito
rutinario hecho que remonta

Hoy te pido
los cien perdones que da el karma
el olvido y la tristeza pura de los vacíos de espiritu

No me pidas la esperanza,
yo la pierdo,
la he perdido
como a todo

vamos de la mano
entonces
este camino de nada
se abre como se abren los ojos del que despierta
mientras ve
pasar el día
su quimera
sobrevive al tedio
y resucita un poco

dibuja en sus manos,
los colores, las trazas.

hay
sobrevivientes

ingrávidos
ingratos
indelebles
razones
para seguir

aún
(es cierto)

no lo he hecho
mi vecino, yo
(es asi de triste)
tenemos
algo así
como un juego:
el dice
"no me aguanto
ya, esta vida"
yo cierro los ojos
me remonto
es un descuido,
a otro tiempo
a otro espacio

digo que le creo
el nunca responde
nuestros días
transcurren
calmos
no sabemos ser
si no lo somos así

BiciSendas...

Estamos vivos y es lo unico que necesitamos para empezar. J.Leeds