Del
primero, nada más su reflejo eléctrico en el pavimento. De todas
las motocicletas que pasaron más tarde, hubo una que nos hizo
acordar que rápido pero no siempre. Vinimos ese chanfle esquivando
los cestos porque todo son carteles y papel, hay un hombre gigante
que nos pide algo, quien sabe los colores que esconde el pavimento.
El guiño que largaste se lo llevó el tipo que vende flores consejos
hojas, hay de todo, alguna mañana me encontró triste o llorando, es
así con los vecinos. Y si del primero sólo un resabio de luz, ¡qué
alegres los colectivos en esta mole de cemento! Vos saludabaste sin
saber a quién, la gente cada tanto responde, hace caso, es gozoso el
impacto del viento y te quiero ver andando en tu día como si
hubieramos puesto el tiempo al fuego, ya esta que hierve, sigamos “ya
casi, ya casi”. Tanto volver al principio, caminemos por ciudad hay
personas con los ojos redondeando un martes espiral de pasos, y el
auto frena, la tercer moto era distraída moto andariega ahora mismo,
ya no, deja el paso a la mole colectivo luz flurescente barrio
centro, con los ojos cerrados casi te veo, con los ojos cerrados casi
te veo, aprovecho el momento del primero, sólo un respiro de reflejo
de atisbo de fluorescencia verde, roja. Es el cartel luminoso de un
colectivo, y no creo que la más avieca de las noches nos corrompa el
vínculo, que andar no sea ir, dale, a no ser pibes, la senda
peatonal casi al mediodía cuando nace y preguntamos por los precios,
todo caro che, menos la nuestra sombra hueca de mendigos al paso
mendigando paso la sombra hueca que nosotros todo caro mendigando.
¡bienvenidos! Más otra motocicleta y ya van, a la tarde buscamos,
nuevas posturas, maneras de silbar quietos, los martes espiral, se
nos da por salir de vez en cuando el barrio, a caminar.