Passage du silence....

Hay temas que no se deben de tocar

Nunca

Rozarse quizás, taL cual maizales en Areco,

De cerca pero no tan cerca,

Tal cual espigas de trigo en san Antonio de areco

Pasar la palma:

...como el viento acaricia el pasto la nube el verano...

Noticias que no deberían nunca de ser dichas

Nociones que sería tan bueno olvidar, y no comentar, y no promulgar

Hay temas inciertos torcidos corruptos que no debería

nadie

de tocar

nunca.

Rozarse, pero de lejos, así tal cual un “es que se me ocurrió viste, pero no que me interese demasiado”

O “ No que esté comprometido, no que sea de los que van con banderas, no que sea de los que creen así con fervor, rasgan sus ropas, no, claro”

NOTA

Se me ocurrió, lo quería avisar, por esas cosas, vaya a saber, pasa tan seguido ese irse por las ramas, precavido vale por dos, nada mas que por eso.



Norma Huidobro - El lugar perdido

Hay un lugar donde se pone el sol y otro donde amanece y otro donde siempre es noche.
Hay un lugar cercano y otro irremediablemente perdido. y hay momentos, en el transcurrir de los días, en que el tiempo se aligera y tuerce el rumbo de las horas.
quizás sea una trampa del aire, que se espesa y se vuelve brevemente corpóreo y confunde al tiempo.
Lo cierto es que solo en esos momentos el espíritu ahonda, se expande, huye y al fin regresa, trayendo entre los dientes el lugar perdido.

Conversaciones que se dan y que uno escucha... a cualquiera le puede pasar, no me va a decir que no, a cualquiera le puede pasar, ¿no?

Roque no sabe en lo que piensa, aun así dice: -claro, estoy de acuerdo con tal opinion de tal asunto...
Cartulo no entiende tal opinion de aquel asunto, responde: - ¿Pero ha considerado aquel tema, estas bifurcaciones, comprende?
- Claro pues (¿cuales bifurcaciones? [piensa Roque]) es todo parte de esta doctrina, ambos lo sabemos, es parte de lo que falta en el mundo, esa pizca de... estamos de acuerdo?
- Si, pero.... ¿qué piensa de esto que pasa, esa sensacion de... me explico? Algo así como... ¿es eso a lo que se refería, no es eso a lo que se refería?
- Si claro, por supuesto [dice Roque], las cosas que pregunta compañero...

FIN

Una cruza - KAFKA KAFKA KAFKA!



Tengo un animal curioso, mitad gatito, mitad cordero. Es una herencia de mi padre. En mi poder se ha desarrollado del todo; antes era más cordero que gato. Ahora es mitad y mitad. Del gato tiene la cabeza y las uñas, del cordero el tamaño y la forma; de ambos los ojos, que son huraños y chispeantes, la piel suave y ajustada al cuerpo, los movimientos a la par saltarines y furtivos. Echado al sol, en el hueco de la ventana, se hace un ovillo y ronronea; en el campo corre como loco y nadie lo alcanza. Dispara de los gatos y quiere atacar a los corderos. En las noches de luna su paseo favorito es la canaleta del tejado. No sabe maullar y abomina de los ratones. Horas y horas pasa en acecho ante el gallinero, pero jamás ha cometido un asesinato.

Lo alimento a leche; es lo que le sienta mejor. A grandes tragos sorbe la leche entre sus dientes de animal de presa. Naturalmente es un gran espectáculo para los niños. La hora de visita es los domingos por la mañana. Me siento con el animal en las rodillas y me rodean todos los niños de la vecindad.

Se plantean entonces las más extraordinarias preguntas, que no puede contestar ningún ser humano: Por qué hay un animal así, por qué soy yo su poseedor y no otro, si antes ha habido un animal semejante y qué sucederá después de su muerte, si no se siente solo, por qué no tiene hijos, cómo se llama, etcétera. No me tomo el trabajo de contestar: me limito a exhibir mi propiedad, sin mayores explicaciones. A veces las criaturas traen gatos; una vez llegaron a traer dos corderos. Contra sus esperanzas no se produjeron escenas de reconocimiento. Los animales se miraron con mansedumbre desde sus ojos animales, y se aceptaron mutuamente como un hecho divino. En mis rodillas el animal ignora el temor y el impulso de perseguir. Acurrucado contra mí es como se siente mejor. Se apega a la familia que lo ha criado. Esa fidelidad no es extraordinaria: es el recto instinto de un animal, que aunque tiene en la tierra innumerables lazos políticos, no tiene uno solo consanguíneo, y para quien es sagrado el apoyo que ha encontrado en nosotros.

A veces tengo que reírme cuando resuella a mi alrededor, se me enreda entre las pierna y no quiere apartarse de mí. Como si no le bastara ser gato y cordero quiere también ser perro. Una vez -eso le acontece a cualquiera- yo no veía modo de salir de dificultades económicas, yo estaba por acabar con todo. Con esta idea me hamacaba en el sillón de mi cuarto, con el animal en las rodillas; se me ocurrió bajar los ojos y vi lágrimas que goteaban en sus grandes bigotes. ¿Eran suyas o mías? ¿Tiene este gato de alma de cordero el orgullo de un hombre? No he heredado mucho de mi padre, pero vale la pena cuidar este legado.

Tiene la inquietud de los dos, la del gato y la del cordero, aunque son muy distintas. Por eso le queda chico el pellejo. A veces salta al sillón, apoya las patas delanteras contra mi hombro y me acerca el hocico al oído. Es como si me hablara, y de hecho vuelve la cabeza y me mira deferente para observar el efecto de su comunicación. Para complacerlo hago como si lo hubiera entendido y muevo la cabeza. Salta entonces al suelo y brinca alrededor.

Tal vez la cuchilla del carnicero fuera la redención para este animal, pero él es una herencia y debo negársela. Por eso deberá esperar hasta que se le acabe el aliento, aunque a veces me mira con razonables ojos humanos, que me instigan al acto razonable.

?



¡No hacia falta tomarse semejante trabajo!, ¿demasiado tiempo enfrente de Internet?¿Ya no hay mas mails sin leer? ¿Los blogs se actualizan poco?

O estas trabajando y la rutina te llego a los huesos.

O estas mirando el dia irse como una balsa

O la lluvia te ata al piso, y no ves mas que gotas

Verticalidad que arrolla

Rutina que se pega como plumas

No hay caso en correr, gritar, ocultarse

Nada nuevo bajo el sol

Y qué, decime vos qué se le va a hacer che....


Río abajo.





Es creencia de la gente río abajo: las personas no cambian. Pero poco tiene de conocimiento que se arraigue de inmediato, hace falta incurrir en ciertos ritos para llegar a la convicción suprema de que no hay opciones más que seguir una línea que nunca se tuerce, y avanza como el agua en eterno descenso.


Pasaron algunos meses hasta que me decidí a caminar río abajo, las ramas me ajaban la piel, el dolor en el rostro, es terrible, los mosquitos perforan los muslos. Todo vale la pena, eso lo sabemos corriente arriba, sin importar cuan largo el andar, las horas se adhieren al cuerpo y lo vuelven más fuerte. Arribé, largos días me vencían por dentro y mis pies marchitos no dejaron dudas, porque el sol me había quebrado la vista y me arrastré hacia los lindes mismos de la aldea de esas gentes que tan poco conocía.


También creen (y fueron palabras en sus bocas), los pasos están muertos, el hombre no es algo tan malo, la lluvia: significa mucho más de lo que se oye. Disiento de su visión algo oscura de las formas de pedir perdón, de su manera de escribir poesías terriblemente tristes, de mirar a los ojos sin importar el cuando ni el quién.


Se bien, les haré falta a los míos en el lugar de donde vengo, los caminos también se mueren, y eso lo dicen río arriba, lo cantan y lo escriben en versos que se enredan, y se lían y que muy pocos comprenden




¿Quien...?


Folosofías de bolsillo....





Porque tampoco se lo que quiero, ni adonde voy, ni lo que busco, ni cuanto me importa. Te tomo la palabra pues: estamos perdidos. Pero de a ratos no lo noto, y veo un tren que me zumba tal cual estampidos de dicha, lo veo venir, lleva el cielo detrás, una nube, otra, el calor se apodera de la frente, de los cuerpos, de la vida en colores que ahora siento venir. Un huracán golpea las costas azules del pacífico, un maremoto invade Japón, los comercios suben y suben y suben sus tickets, la humedad es algo que poco se aguanta. Estamos perdidos decís de nuevo, quizás, puede que no yerres, y se me hace agua la boca, el olor a papa tostada que invade la mesa, mesa, donde, creo, comeremos, papa asada, o no, importa.



Y las burbujas en la soda se me cuelan

y los dientes se me inquietan,

el sol en verano, el sol en otoño, el sol que aqueja y sobrevive a los hombres,

y a sus días y a sus tardes,

y a la gente que nunca sabe lo que quiere, y a la gente que espera la mañana del sábado, y a la gente que arremanga sus camisas. Y a los que inevitablemente, trágicamente recitan discursos intensos a los colectiveros que escuchan.

A los pocos que se dieron cuenta,

a los que entienden

tan todo esta perdido,

a los que lo creen, a los que lo intuyen con las muelas,

a los míos, que no lo saben,

que no lo escuchan,

que casi, tantísimo, poco, nada les importa.



Borges y yo


Al otro, a Borges, es a quien le ocurren las cosas. Yo camino por Buenos Aires y me demoro, acaso ya mecánicamente, para mirar el arco de un zaguán y la puerta cancel; de Borges tengo noticias por el correo y veo su nombre en una terna de profesores o en un diccionario biográfico. Me gustan los relojes de arena, los mapas, la tipografía del siglo xviii, las etimologías, el sabor del café y la prosa de Stevenson; el otro comparte esas preferencias, pero de un modo vanidoso que las convierte en atributos de un actor. Seria exagerado afirmar que nuestra relación es hostil; yo vivo, yo me dejo vivir, para que Borges pueda tramar su literatura y esa literatura me justifica. Nada me cuesta confesar que ha logrado ciertas páginas válidas, pero esas páginas no me pueden salvar, quizá porque lo bueno ya no es de nadie, ni siquiera del otro, sino del lenguaje o la tradición. Por lo demás, yo estoy destinado a perderme, definitivamente, y sólo algún instante de mi podrá sobrevivir en el otro. Poco a poco voy cediéndole todo, aunque me consta su perversa costumbre de falsear y magnificar. Spinoza entendió que todas las cosas quieren perseverar en su ser; la piedra eternamente quiere ser piedra y el tigre un tigre. Yo he de quedar en Borges, no en mí (si es que alguien soy), pero me reconozco menos en sus libros que en muchos otros o que en el laborioso rasgueo de una guitarra. Hace años yo traté de librarme de él y pasé de las mitologías del arrabal a los juegos con el tiempo y con lo infinito, pero esos juegos son de Borges ahora y tendré que idear otras cosas. Así mi vida es una fuga y todo lo pierdo y todo es del olvido, o del otro.

No sé cuál de los dos escribe esta página.

Milan Kundera..........




“¿Pero es de verdad terrible el peso y maravillosa la levedad?”
“La carga más pesada nos destroza, somos derribados por ella, nos aplasta contra la tierra. Pero en la poesía amatoria de todas las épocas la mujer desea cargar con el peso del cuerpo del hombre. La carga más pesada es por lo tanto, a la vez, la imagen de la más intensa plenitud de la vida. Cuanto más pesada sea la carga, más a ras de tierra estará nuestra vida, más real y verdadera será. Por el contrario, la ausencia absoluta de carga hace que el hombre se vuelva más ligero que el aire, vuele hacia lo alto, se distancie de la tierra, de su ser terreno, que sea real sólo a medias y sus movimientos sean tan libres como insignificantes.”

“Entonces, ¿qué hemos de elegir? ¿El peso o la levedad?”

“Este fue el interrogante que se planteó Parménides en el siglo sexto antes de Cristo. A su juicio todo el mundo estaba dividido en principios contradictorios: luz-oscuridad; sutil-tosco; calor-frío; ser-no ser. Uno de los polos de la contradicción era, según él, positivo (la luz, el calor, lo fino, el ser), el otro negativo. Semejante división entre polos positivos y negativos puede parecernos puerilmente simple. Con una excepción:

¿qué es lo positivo, el peso o la levedad? Parménides respondió: la levedad es positiva, el peso es negativo. ¿Tenía razón o no? Es una incógnita.


Sólo una cosa es segura:


la contradicción entre peso y levedad

es la más misteriosa y equívoca de todas las contradicciones.”




*“La Insoportable levedad del ser“ (p.9) Milan Kundera

BiciSendas...

Estamos vivos y es lo unico que necesitamos para empezar. J.Leeds