Textos de Francisca




(...)


Porque había días en los que despertaba aturdida. No era pena lo que arrastraba, más bien el peso de hastío acumulado entre los hombros, tan oscuro el color de la noche, me acompañaba aún en tiempos de luz. Tal el doler descalzo al recorrer los metros entre el dormitorio y el estar, que escogía el refugio de las horas, del descanso. Desiderio había ya abandonado todo intento por solucionar los asuntos que nos aquejaban, de poco perdimos la fe. “Morir no es lo peor” recitaba un poeta en canal Encuentro, yo acaricié a mi gato con una mano, acomodé la mesa ratona estirando el brazo más allá de la frontera invisible rodeando mi cama como premisa del desgano.

Ya está todo dicho, pensé, sucede existen tiempos extraños, horas sutiles entre el almuerzo y el despertar de los coches. Lo comprendí demasiado antes, tan pronto supe esta certeza contaminando mi cuerpo, tan demoledora su reacción en los huesos. Hoy pago esta manía de saber las cosas desde antes, este reposar helado entre los días que no son, estas manos que no suman, ¿Morir no es lo peor? Tal vez, uno nunca sabe.


0 comentarios:

Publicar un comentario

BiciSendas...

Estamos vivos y es lo unico que necesitamos para empezar. J.Leeds